domingo, 20 de abril de 2008

Ocupación y significado-Identidad (Rev Chilena)

La ocupación y su significado como factor influyente de la identidad personal
Silvia Gomez Lillo
TO. Licenciada en Ciencia de la Ocupación Universidad de Chile
Revista Chilena de Terapia Ocupacional, N°3, 2003.

http://www.revistaterapiaocupacional.cl/CDA/to_completa/0,1371,SCID%253D6176%2526ISID%253D290,00.html

Resumen
Este trabajo pretende, en el marco del paradigma actual de la Terapia Ocupacional, analizar algunos alcances del hacer humano. Se considera que este análisis tiene fundamental importancia tanto para el Cientista Ocupacional como para el Terapeuta Ocupacional quien trata a personas que tienen amenazado o dañado su desempeño ocupacional.
Se enfatiza en los componentes “propósito y significado” de la Ocupación y se analizan sus influencias e interpretaciones y como a través de estos dos componentes se generan distintas formas ocupacionales.
En todo este proceso se logra visualizar una continua retroalimentación que afecta la valoración del individuo tanto en lo personal como por ser integrante de un grupo social. A través del hacer y de sus resultados el individuo forma su autoconcepto y autoestima llegando finalmente a crear su propia “identidad” de la que toma conciencia a través de su relación con los demás, y a crear su identidad social. Se concluye que el significado del hacer reafirma positiva o negativamente la identidad de las personas, la que está muy relacionada a la satisfacción de vida y que es clave para el desarrollo de la personalidad.
Introducción
El paradigma actual de la Terapia Ocupacional, producto de los cambios socioculturales y tecnológicos, nos obliga a repensar el significado de nuestro quehacer profesional el cual, desde siempre, ha estado enmarcado en “el ser y el hacer” de los individuos que enfrentan situaciones de amenaza o daño en su desempeño ocupacional. Si bien en un período de la historia de la disciplina, influenciados por la corriente de esa época, adoptamos un paradigma mecanicista, rápidamente nos dimos cuenta de que éste no era suficiente y retomamos nuestras raíces en las que se proponía tratar a la persona humana, o sea, a su mente, cuerpo y espíritu. Al comprometer la mente y el espíritu abordamos el “hacer” con propósito y significado lo que, como se analiza en este artículo, está profundamente vinculado con la identidad personal.
En esta perspectiva mi propósito es analizar cómo el Terapeuta Ocupacional, al tratar a la persona, está involucrando la construcción o el afianzamiento de la identidad de ésta (1), hecho se produce a través de nuestra intervención al ir mostrando a los usuarios de Terapia Ocupacional posibles caminos para que logren un desempeño ocupacional satisfactorio. Considero que de esta forma esperamos que ellos encuentren la ruta que los va a ayudar a dar significado a sus vidas y que, como resultado final, también los ayudará a validar su identidad.
Propósito y significado en la ocupación humana
Recordemos que una de las premisas de la TO es que el hombre es un ser activo que, a través de la historia, ha estado y está “haciendo”. Así, la profesión Terapia Ocupacional fue creada en el convencimiento de que el compromiso de la persona con las actividades influye el bienestar físico y mental.
Los TO consideramos que las actividades son inherentes al individuo, y que a través de su realización se satisfacen necesidades y deseos (2). También, como TO, ponemos énfasis en que al desempeñarse en estas actividades, aún en las más básicas como alimentarse y vestirse, y otras que no lo son, como podría ser jugar al naipe, el ser humano tiene un propósito, vale decir, las realiza de acuerdo a lo que se quiere conseguir, lo que significa que se ha vislumbrado en este sentido de antemano un posible resultado.
Pero, tanto o más importante que el propósito del hacer, desde el punto de vista del Terapeuta y del Cientista Ocupacional, es que la ejecución de estas actividades tiene además un significado que convierte esta actividad en única para el individuo que la realiza porque implica interpretación personal. Así, los individuos evalúan su hacer de acuerdo al significado que cada uno le da, el que está influenciado por gustos, historia personal y por la creencia de que lo que se hace dentro de las circunstancias de ese momento es lo correcto. De este modo, en la perspectiva de la Ciencia de la Ocupación, si al realizar cualquier tipo de actividad se tiene un propósito y un significado, se transforma en ocupación.
Es importante no olvidar que, mi propósito puede ser distinto al de otra persona con la que estoy compartiendo mi hacer.
El significado, como ya se dijo, implica interpretación personal, por lo tanto, también puede variar notablemente de una persona a otra. Esto implica que diferentes individuos pueden estar realizando una misma actividad, pero sus ocupaciones tienen un sentido diferente. Tomemos por ejemplo un Taller de TO donde el T enseña a un cliente a confeccionar un colgante de macramé, la ocupación de este último es de receptor y a la vez actor de su tratamiento, la del TO, como profesional de la salud, es la de proporcionar tratamiento a este cliente. Puede ocurrir que este hacer para uno de los actores sea ocupación y para otro sólo actividad, como sucedería si la persona tratada actúa como paciente, o sea, si sólo es receptor del tratamiento como se observa por ejemplo con una persona con diagnóstico de Alzheimer en grado avanzado. Estos fenómenos son extremadamente comunes, especialmente en las que Zemke denomina co-ocupaciones, y que se definen como, las que por su naturaleza, requieren de más de una persona para ser realizadas. Otros ejemplos de co- ocupaciones en que el propósito y el sentido pueden ser diferentes son las que se producen en una clase entre profesor y alumno, las de los deportistas y el público en una competencia, o las de una madre y su hijo en un juego.
Cabe hacer notar que las co-ocupaciones, sean productivas o no productivas, difieren de las ocupaciones paralelas en las que es necesaria la intervención de varias personas para obtener un producto final, como por ejemplo el que se produce en una línea de envasado de frutas donde una persona selecciona el producto por tamaño o calidad, la siguiente lo envuelve y coloca en un cajón que es retirado, por una tercera persona, hasta el lugar de almacenamiento; o, puede ser que varias personas, en forma paralela seleccionen, embalen y almacenen.

En este contexto también cabe hacer notar otros tipos de ocupaciones, co- ocupaciones u ocupaciones paralelas que son las de tipo familiar, por ejemplo las que se generan en base a un negocio que pasa de padres a hijos a través de generaciones, o en la que varios miembros del núcleo familiar son abogados, profesores, artistas, etc. Además existen ocupaciones relacionadas con medio ambientes específicos donde hay una tradición o una influencia geográfica que caracteriza a ese grupo: mineros, pescadores, artesanos. En todas estas personas la sociedad espera encontrar características que le son propias y particulares en relación con su personalidad, su físico, su cultura.
En el significado que cada uno le da a su propio “hacer” o al hacer de otras personas influyen diferentes circunstancias: físicas (por ejemplo donde), sociales (con quien), o culturales (por qué); también influyen creencias; experiencias; capacidades y habilidades; simbolismos; y de manera importante la afectividad ya que todas nuestras ocupaciones pasan por un tamiz más o menos fino de agrado versus desagrado, aceptación de otros versus no aceptación, recuerdos de situaciones anteriores, etc. Todo esto hace que la persona, como ser integral, interprete el proceso que se está desarrollando a través de un diálogo interno acerca del suceso y sus repercusiones, el significado es único para cada persona, está muy unido al compromiso y nos ayuda a organizar coherentemente nuestros patrones de vida. La pérdida de significado en las ocupaciones diarias, la convicción de la persona, que ella no es necesaria, que no contribuye a nada en el bienestar de su familia, o de su comunidad, puede llevar a severas crisis existenciales.
En mi perspectiva, los TO siempre pensamos en implementar nuestro tratamiento con actividades con propósito pero, sólo en forma superficial pensamos en el significado, quizás por que éste es muy personal, complejo y no lo hacemos consciente; por presión asistencial; o por alguna otra causa.

Un ejemplo de la individualidad del significado es el que demuestran dos investigaciones en que se analizó este aspecto en la expresión del trabajo en personas jubiladas. En ellas se observaron diferencias tanto positivas como negativas en el significado físico y social que cada uno le daba al trabajo; así por ejemplo, los encuestados mencionaron el contacto con otros, grado de libertad, hacer algo útil, ser parte de algo, etc. (4, 5). En estas investigaciones también se observó que el significado es cambiante en distintas circunstancias o momentos de la vida, como por ejemplo levantarse tarde para una persona con un trabajo formal, a diferencia de una persona jubilada que puede hacerlo prácticamente cualquier día del resto de su vida. O, la posibilidad del uso del tiempo en las circunstancias similares (trabajador versus jubilado) en compartir con generaciones jóvenes de su familia en que los niños la buscan y los adolescentes generalmente la rehuyen: “Cuando mis nietos estaban chicos yo trabajaba y tenía muchas dificultades para cuidarlos cuando mi hija tenía problemas, ahora tengo tiempo de sobra pero ellos no me necesitan”.

Por otra parte, la persona no es un receptor pasivo del resultado de su hacer en el medio, lo que hacemos tiene un impacto, un cambio en el medio ambiente, que a su vez nos proporciona retroalimentación que muchas veces nos conduce a modificaciones, quizás muy sutiles, en los componentes de desempeño (adaptación) y que a través del tiempo nos conduce o nos incita a nuevas ocupaciones (6) dándonos una organización y un sentido de coherencia en nuestro hacer diario, que nos ayuda a comprender el significado de nuestras acciones en el mundo y en como cada uno de nosotros está ayudando a construir la sociedad en que estamos inmersos



Identidad personal y social

En las sociedades occidentales el significado de nuestro hacer, especialmente el relacionado con la productividad personal, es crítico en la valoración del individuo. A través de él se adquiere identidad la que está estrechamente unida e influenciada por el auto concepto (inferencias que hacemos acerca de nosotros mismos), la autoestima (evaluación del auto concepto) (1), y el distinguirnos de los demás (yo soy, yo hago), lo que nos lleva a diferentes grados de satisfacción y agrado. Además se crea una identidad reconocida por otros: familia, amistades, compañeros de trabajo y en fin, la sociedad en general. Identidad es, por lo tanto, el quien soy yo en el engranaje de la sociedad en que me desempeño; identidad social es como me ven los demás integrantes de mi grupo social. Así, la identidad del individuo como trabajador, incluye tanto la construcción personal del propósito y significado del trabajo (7) como el nivel de éxito, personal y colectivo, lo que le da legitimidad personal y social.
El hombre, como ser gregario, toma conciencia de su identidad a través de sus relaciones con otros; así Yo que “estoy” en el mundo, “hago” e interpreto mi “hacer” en gran medida a la luz de la aceptación de este “hacer” en mi núcleo social. Esto significa que las personas forman su identidad a través de sus ocupaciones diarias. Por lo tanto, las ocupaciones son agentes poderosos que dan significado a la vida y facilitan construcción de identidad
En la relación Ocupación – significado – identidad, es importante tomar en cuenta que, las diferentes sociedades han creado sistemas de vida para ser asumidos por las personas que las integran de acuerdo a valores, creencias y modos de vida del grupo que las componen (8, 9). Así, el significado moral, espiritual o práctico, que cada persona le da a las ocupaciones que desempeña, va a estar influenciado por los criterios de esta sociedad. Por otra parte, los integrantes de ella tienen un concepto acerca de los otros integrantes el que puede darse como aceptación, pre-juicio o estigma. Estos factores son cambiantes en relación a conductas personales, circunstancias o contextos diferentes. Así el deportista A es diferente del deportista B no sólo por su rendimiento, como también es diferente el profesor, artesano, etc. En este sentido, además, puede hoy día ser considerado diferente de lo que fue considerado ayer. Esto significa que el individuo es identificado de alguna forma en su medio y que tiene la posibilidad de cambiar esta identificación. Como Fidler expresó en 1963 “El individuo conoce sus potenciales, limitaciones y las posibilidades del medio, al actuar alcanza un sentido de competencia y valor intrínseco” (2), pero también al actuar, a través de sus ocupaciones, el individuo organiza su vida y va conformando, como ya se analizó, su identidad personal.
El significado de nuestro hacer lo experimentamos a través del tiempo y así vamos formando nuestra identidad personal la que se va modificando, reafirmando, tomando coherencia y significado a través de las situaciones diarias a lo largo de nuestra vida.

A través del tiempo nos formamos una imagen positiva o negativa de nuestra habilidad para desempeñarnos ocupacionalmente, interpretamos el grado de aceptación de la sociedad y programamos nuestras acciones de acuerdo a lo que creemos ser o queremos llegar a ser; así, en alguna medida nos estamos auto influenciando como seres ocupacionales usando la experiencia. Todos, en algún momento de la vida hemos cuestionado nuestras habilidades e interpretado el proceso y el resultado sobre la base principalmente de nuestra percepción y nuestra afectividad. Por lo tanto, en la identidad personal hay un desarrollo continuo que está influenciado por las relaciones sociales (1).

Pero es un hecho que, en la realidad, lo que cada uno de nosotros hace es lo que es. Ejemplaricemos esta afirmación pensando en cuál es una de las primeras frases que intercambiamos cuando conocemos a una persona: ¿Qué es lo que haces?..... También es muy común que nuestra primera frase, cuando nosotros mismos, en una situación formal, nos presentamos a alguien sea: Mi nombre es……..…. soy……..…. ¿Quién, en más de una ocasión no le ha preguntado a un niño: Qué te gustaría ser cuando grande?. Es claro entonces que nuestro hacer, vale decir, en este caso, nuestra ocupación productiva nos proporciona identidad. Pero, junto con la ocupación productiva además nos identifica nuestra historia de vida, la que también está relacionada con el hacer; por ejemplo, no deja de ser importante en la identidad de alguien los siguientes aspectos: dónde estudió, en que ha trabajado, cuáles son sus hobbies, etc., en el fondo cual es su historia de vida. Entonces, el significado del “hacer” o del “haber hecho” reafirma positiva o negativamente nuestra identidad, aunque a veces creamos que nos es indiferente, y esto está íntimamente ligado a nuestra satisfacción de vida.
Por último, al hablar de ocupación – significado – identidad, es atingente recordar la frase de C. Batenson (1): “la posibilidad de hacer algo útil para uno mismo o para los demás es clave para la personalidad….”

Conclusión
La ocupación humana, para ser considerada como tal, debe tener un “propósito” que es el motor del proceso en el que hay una suerte de anticipación del resultado de lo que vamos a realizar, y un “significado” en el que intervienen numerosos factores que van desde el ámbito afectivo hasta el social, y en el que se desarrolla un procesamiento que es personal, complejo e inconsciente.
El significado del hacer a través del tiempo forma nuestra “identidad”. En el transcurso de la vida esta identidad puede modificarse, reafirmarse, tomar coherencia y significado. Todos estos factores nos dan una imagen positiva o negativa de nuestra habilidad y aceptación social.
En resumen las ocupaciones son poderosos agentes que nos ayudan a organizar nuestras vidas, les dan significado y crean identidad.


Referencias bibliográficas

1 CHRISTIANSEN C.H. “Defining lives: Occupation as Identity: An essay on competence, coherence, and the creation of meaning” AJOT. 1999; 53; 6;.547-556

2 CYNKIN S., ROBINSON AM “Occupational Therapy and Activities Health: Toward Health through activities” Boston. Little, Brown Company. 1990.

3 ZEMKE R., CLARK F. “Occupational Science: The evolving discipline”. Philadelphia F. A. Davis. 1996

4 JONSOON H. “Anticipant, experiencing and valuing the transition from worker to retiree”. Stockholm. Department of clinical neuroscience, occupational therapy and division of geriatrics. Karolinska Institute. 2000

5 GÓMEZ S. “Percepción de los cambios en el desempeño ocupacional frente a la situación de jubilación de chilenos que viven en Suecia” Revista Chilena de Terapia Ocupacional. 2002; 2; 21-25

6 NELSON D.A. ”Why the Occupational Therapy Profession flouring in the XXI Century?” AJOT 1996; 51; 1; 11-24

7 ALLEN DICKIE V. “Establishing Worker Identity: A Study of People in Craft Work” AJOT 2003; 57; 3; 250- 261

8 GÓMEZ S, RUEDA L., MUÑOZ C “Patrón de Idiosincrasia para los alumnos que ingresan a Terapia Ocupacional” Bases para el desarrollo de la Ciencia de la Ocupación”. Santiago. Facultad de Medicina. Universidad de Chile. 2002


9 RUEDA L “Patrón de Idiosincrasia: Esquema Básico de la Ocupación Humana” Bases para el desarrollo de la Ciencia de la Ocupación” Santiago; Facultad de Medicina. Universidad de Chile. 2002


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